El Noreste de México se une en Monterrey para la Santa Cena 2025
07 de Agosto 2025
CEREMONIA DE BIENVENIDA – SANTA CENA, MONTERREY, NUEVO LEÓN 2025
Inicia la Santa Convocación 2025 en Monterrey, Nuevo León. Con abrazos llenos de amor y cantos de alabanza, fueron recibidas las delegaciones del noreste del país. La Ceremonia de Bienvenida en Monterrey dio inicio a la Santa Convocación 2025 con un espíritu de gratitud y reverencia.
NUEVAS ALMAS BAJAN A LAS AGUAS DEL BAUTISMO
Durante la Santa Convocación en Monterrey, nuevas almas descendieron a las aguas del bautismo, testificando públicamente su fe en Dios. Un acto de amor, obediencia a Dios, y renovación espiritual.
CELEBRACIÓN DE LA SANTA CENA, UNA ACTO DE FE Y UNIDAD
El 7 de agosto de 2025, congregaciones de La Luz del Mundo del noreste de México se reunieron en el centro de convenciones Cintermex, en la ciudad de Monterrey, para participar en la Santa Cena, conforme a la enseñanza de Jesucristo. Convocados por el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquín García, los asistentes a la Santa Cena en Monterrey arribaron al recinto a temprana hora.
Entre tanto se acercaba el inicio del servicio religioso, los creyentes entonaban cantos. Los coros estatales interpretaban alabanzas alusivas al memorial sagrado. Unánimes en espera de participar del pan y del vino, de acuerdo con el mandamiento de l Señor Jesucristo:
“Porque todas las veces que comiereis este pan y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que Él venga.” (1 Corintios 11:26)
A las 15:00 horas dio inicio el servicio especial de Santa Cena.
EL MOMENTO ESPERADO: PARTICIPACIÓN DEL PAN Y VINO
Luego de la consagración previa, las alabanzas y la oración. Con autoridad apostólica, y luego de escuchar el mensaje que envió el Apóstol de Jesucristo, Naasón Joaquin Garcia, los pastores y diáconos procedieron a repartir el pan y el vino, respectivamente, a los presentes. La Santa Cena es una expresión de fe y comunión. En ella, los creyentes reafirmaron su compromiso con Dios, fortalecieron la unidad del cuerpo de Cristo y recordaron la obra redentora del Señor.
En Monterrey, miles de corazones se unieron en un mismo sentir, dando testimonio de la gracia que han recibido. Durante los días previos, hermanos y hermanas trabajaron con compromiso y esmero para preparar el recinto. La organización, limpieza y coordinación de espacios reflejaron el espíritu de orden y disposición con el que el Pueblo de Dios vive esta festividad. Se llevaron a cabo bautismos, temas doctrinales y estudios bíblicos para la juventud.
¡GOZO Y JUBILO!
Durante tres días se vivieron momentos de oración, alabanzas y enseñanza bíblica, en un ambiente de fe, unidad y comunión. Con la autoridad apostólica, la participación en el pan y el vino trajo consigo la comunión y fortaleza espiritual en los corazones. Monterrey fue testigo de una celebración que fortaleció la esperanza y renovó el compromiso espiritual de los fieles.
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